Era una mañana despejada, el cielo era azul y las pocas nubes que estaban eran muy blancas parecían pequeños montones de algodón, en varias ocasiones intente ver figuras en ellas. Iba camino a mi salón de clases, mi andar era lento ya que no tenía prisa por llegar, mientras hacía el recorrido habitual entre los pasillos de la universidad me dedique a observar a la gente que estaba a mi alrededor, muchos de ellos riendo, otros con libros bajo el brazo, unos comiendo unas exquisitas tortas de jamón que venden en la cafetería.
Pero hubo algo extraño, sabía que estaba en mi universidad pero no era la misma ya que había edificios que no había visto, colores diferentes, colores que no eran de la universidad, pero me sentía muy familiarizada con el lugar.
De repente vi un cúmulo de gente, la curiosidad me llevo a ir directo a ese lugar. Me lleve una muy grata sorpresa las personas que estaba ahí eran unos chicos famosos, músicos para ser precisos. Si, sé que es extraño pero ahí estaban mi grupo favorito. Los cuales conozco ya desde hace mas de 5 años, fue muy extraño estar en ese lugar con ellos, el tiempo paso muy rápido en lo que saludaba a cada uno de ellos. Hasta que llegue a dónde estabas tú, con esa mirada que dice muchas cosas y que oculta otras tantas, esa mirada que desde el momento en la que me vi reflejada en ellos, sentí como mi admiración por ti se transformaba en un amor, en mi amor platónico, un amor idealizado, un amor que solo vivía en mis sueños.
Y así fue te vi ahí sentado sonriéndome, me acerque y te abrace, me preguntaste:
- ¿Cómo estas Liz? Regalándome una hermosa sonrisa.
- Muy bien y muy sorprendida de que estés aquí. – devolviéndote la sonrisa que me llegaba hasta los oídos.
- Muy bien y muy sorprendida de que estés aquí. – devolviéndote la sonrisa que me llegaba hasta los oídos.
Lo tome de la mano y te dije. –Ven, acompáñame, vamos a caminar un poco, te daré un recorrido por mi universidad.- asentiste dándome un apretón ligero en mi mano.
Salimos de la multitud, y caminamos en silencio hasta que este se rompió cuando me giré para verte al rostro, y te dije: - Te he extrañado, ya tenía mucho tiempo que no te veía. – y así era, eran ya bastantes los meses en los que no pude asistir a los eventos donde se presentaban.
Se dibujo una sonrisa en tu bello rostro y vi como la sangre se te subía a las mejillas y te ruborizaste, bajaste ligeramente la mirada para tratar de disimular la timidez que te dio escuchar esas palabras. Tú me respondiste:- Nosotros también te hemos extrañado… – hiciste una pausa y continuaste – Y más yo.
En ese momento sentí como el calor me subía a hasta mi cabeza y no solo tenía de color rojo mis mejillas si no que parecía un arcoíris. Nos detuvimos por un instante para mirarnos a los ojos, no podía contener mi mirada sin desear besar tus labios así que me voltee para seguir caminando pero de repente me abrazarte, mi espalda quedo pegada a tu pecho, tus brazos envolvieron mi cintura y mis manos encontraron a las tuyas, entrelazamos los dedos y acomodaste tu cabeza sobre mi hombro de modo que tus labios quedaron cerca de mi oído, y sentía tu aliento muy cerca de mí. Me susurraste: -Me alegra tanto verte- al escuchar esas palabras sentí como un escalofrió me recorría la espalda erizándome la piel. Me limite a sonreír, ya que no podía pensar en otra cosa más que en el momento por el cual estaba pasando, y me dedique a disfrutar.
No me había percatado que ya nos habíamos alejado bastante del lugar en donde nos encontramos. Vi que estábamos rodeados de arboles y no había gente a nuestro alrededor, dejamos de caminar, di un ligero apretón a nuestras manos que se encontraban unidas, sutilmente me di la vuelta para estar frente a ti, y así poder ver tus ojos los cuales siempre me han maravillado.
Nuestras miradas se hallaron, nuestros rostros se encontraban demasiado cerca, sentía la necesidad de estar aun más cerca de ti, estar abrazada a tu cuerpo me hacía sentir muy cómoda y feliz. Mis labios se despegaron un poco solo para poder pronunciar un par de palabras las cuales deseaba tanto decirte. Tú me miraste y parecía que podías leer mi mente ya que las comisuras de tus labios dibujaban una sonrisa que cada vez se extendía mas sobre tu rosto y tus ojos mostraban un entusiasmo por saber que era lo que te iba a decir.
Sentía que mi corazón latía tan rápido que en vez de latidos parecía un zumbido. Tome un poco de aire y te salió de mi boca un sonido ligero y pausado con las palabras…”Te Quiero”
En ese momento tus ojos se fijaron mas en mi, bajaste tu mirada hacia donde estaban mis labios y yo vi los tuyos, ya estábamos muy cerca y abrazados te acercaste muy despacio hacia mi hasta cerrar ese espacio que nos separaba, tus labios se juntaron con los míos y sellaron a la perfección.
Sentía que dentro de mi había una fiesta con fuegos artificiales que me erizaban la piel, deseaba tenerte más cerca, el sabor de tus labios me embriagaba sentía como avanzaba el calor hacia mis mejillas, bajaba por cuello y llegaba hasta mis manos y ellas te apretaban hacia mí.
Mientras tanto tú, una de tus manos rodeaba mi cintura y la otra estaba enredada en entre mi cabello llevando mi rostro hacia el tuyo.
Sentía toda la pasión que tenias, me envolvías en tu cuerpo.
Hasta que me di cuenta que no estaba respirando y que lo tenía que hacer si no me iba a desmayar. Así que me separe un poco para poder tomar un poco de aire y continuar besándote.
Cuando abrí los ojos un rayo de soy me cegaba y trate de buscarte pero la luz resplandeciente no me permitía verte, cuando mis ojos se adaptaron a la luz, vi que esta provenía de mi ventana. Me sentí muy desilusionada al ver que el beso había terminado, que tu no estabas ahí, que ya no estaba en la universidad rodeada de arboles, de el cielo limpio y azul, pero más me entristeció darme cuenta que había despertado, pero desperté con una sonrisa y al recordar todo lo que soñé de nuevo mi cara parecía un arcoíris.
Amor, sueños y deseos…
No hay comentarios:
Publicar un comentario